EL ACCESO A LA ELECTRICIDAD

Los recursos energéticos siempre han jugado un papel importante en el desarrollo de la Humanidad. Desde la revolución industrial, la energía ha sido la fuerza motriz para el desarrollo de la civilización moderna. El desarrollo tecnológico y el consumo de energía, junto con el aumento de la población, son interdependientes. La revolución industrial, especialmente con la aparición de las máquinas de vapor a fines del siglo XIX, produjo una revolución en esta ecuación e inició un drástico aumento en el consumo de energía y la población del mundo.

25997994515_d1333a11b8_bHoy en día, el suministro universal de electricidad es algo tan corriente en los países ricos que en ocasiones pasa desapercibido para la vida cotidiana de las personas que viven en ellos. Sin embargo, en muchos países la electricidad es un lujo del que solo pueden disfrutar unos pocos. En una era en que las naves espaciales exploran la superficie de Saturno, millones de personas siguen cocinando y calentando sus viviendas con fuentes de energía básicas como el carbón, la leña, y el estiércol. Durante mucho tiempo la escasez energética ha sido una de las caras menos reconocidas de la pobreza.

La pobreza energética afecta a los países y comunidades pobres mucho más severamente, y más directamente, que a las naciones desarrolladas. Las comunidades rurales pobres son particularmente vulnerables, y los pobres a nivel mundial gastan, con mucho, el mayor porcentaje de sus ingresos en energía. Por eso, la falta de acceso a fuentes de energía fiables es un impedimento muy importante para el desarrollo sostenible, y es sobre todo una manifestación de pobreza. Además, la falta de electricidad agrava la pobreza y contribuye a su perpetuación, ya que excluye la mayoría de las actividades industriales y el trabajo que estas crean. El acceso universal a la electricidad no solo es fundamental para mejorar los niveles de vida, sino que se considera indispensable para erradicar la pobreza y lograr el desarrollo sostenible [1]. En la actualidad, el acceso universal a la energía para todos es uno de los objetivos de desarrollo sostenible de Naciones Unidas [2].

El acceso a la electricidad proporciona una base sólida para el desarrollo de las comunidades pobres, y ha sido una condición indispensable para mejorar los niveles de vida, especialmente en las comunidades rurales. Una vez que una comunidad tiene acceso a la electricidad, también puede tener acceso a agua potable segura, mejores condiciones sanitarias, seguridad alimentaria, alumbrado e información y comunicaciones. Además, la disponibilidad de electricidad reduce la necesidad de recolectar y usar otras fuentes tradicionales de energía, como leña, estiércol animal y residuos de cultivos para cocinar y calentar, que contaminan el aire de los interiores. La exposición a la contaminación del aire en interiores por la combustión de combustibles produce infecciones respiratorias agudas, deteriora la salud y es una causa importante de mortalidad en los países en desarrollo. En las viviendas mal ventiladas, el humo en el interior puede alcanzar hasta 100 veces los niveles aceptables, causando daños significativos a la salud [3].

El acceso a la electricidad no solo libera a las personas del trabajo penoso, sino que también aumenta las horas de trabajo productivas y brinda oportunidades para el trabajo por cuenta propia, en particular para las mujeres de las zonas rurales [4]. El número de personas sin acceso a la electricidad en el mundo se ha reducido a 1.100 millones en 2016 cuando era de 1.700 millones en 2000. La mayoría de estas personas vive en las zonas rurales del mundo en desarrollo. Está previsto que para el año 2030 el número de personas sin acceso en el mundo sea de 674 millones, y que India alcance el acceso universal mucho antes. Desde 2012, más de 100 millones de personas han obtenido acceso a la electricidad anualmente, lo que supone un aumento significativo respecto a la tasa anual de 62 millones de personas observada entre 2000 y 2012. Los países en desarrollo de Asia, liderados por India, han logrado un progreso significativo, y la tasa de electrificación en la región alcanzó el 89% en 2016, frente al 67% en 2000. China alcanzó la electrificación total en 2015, mientras que 100 millones en Indonesia y 90 millones en Bangladesh han obtenido ya acceso a la electricidad desde 2000. Los esfuerzos de electrificación en África subsahariana superaron el crecimiento demográfico por primera vez en 2014, dando lugar a una disminución en el número de personas sin acceso en la región. No obstante, a pesar del progreso en los últimos años, la tasa de electrificación en el África subsahariana es actualmente de apenas el 43%. Muchos países en desarrollo de Asia están bien encaminados para alcanzar el acceso universal, incluidos India e Indonesia. Se estima que esta región alcanzarán una tasa de electrificación del 99% para 2030, lo mismo que América Latina.
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En la actualidad el 97% de la población de Latino América y el Caribe (LAC) dispone de acceso a la electricidad. Según la OLADE, en 2015, existían 22.6 millones de personas sin acceso a la electricidad en LAC, y el número de personas sin acceso reportados en 2016 fue de 21.8 millones de personas, con lo que en ese año, fueron 800.000 los latinoamericanos y caribeños que consiguieron acceso a la electricidad. La mayoría de las personas sin acceso vive en áreas rurales. Es importante notar que 10 años atrás la cantidad de latinoamericanos y caribeños sin acceso a la electricidad era más del doble: 44 millones de personas. Son datos realmente impresionantes que demuestran los grandes esfuerzos en esta materia que realizan los países de la región para mejorar las condiciones de vida de su población. Solamente tres países no han alcanzado aún la tasa del 90% de acceso: Haití, Honduras y Nicaragua, siendo particularmente preocupante la situación de Haití, ya que mientras todos los países de la región experimentan una reducción de la población sin acceso a la electricidad, Haití tiene más de 7.6 millones de personas aún sin cobertura, significando que el 70% de la población se encuentra sin acceso, y este porcentaje, en vez de ir decreciendo, aumenta cada año.

DEFINICIÓN DE ACCESO

En 2015, 193 Estados Miembros de las Naciones Unidas acordaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030, entre ellos el ODS 7 persigue “garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos [5]“.

La definición actual de acceso a la energía moderna utilizada por la AIE, la ONU, y el BM establece un umbral de 500 kWh por año para vivienda urbana, y solo la mitad de ese valor para vivienda rural. Esto significa una definición internacional de acceso a energía moderna de 50-100 kWh por persona por año. Esta cantidad es la que viene a utilizar un habitante típico de un país rico en menos de tres días; es solo el 3% del promedio mundial, y supone que la vivienda tenga acceso inicial a suficiente electricidad para alimentar como mínimo un conjunto básico de receptores: varias bombillas, carga de teléfonos y una radio, y con un nivel de servicio que pueda ir creciendo con el tiempo. Aquí hay que reconocer que quizás el término “moderna” para calificar la energía en la definición de acceso no sea precisamente el más adecuado.

En las proyecciones de AIE, el hogar promedio que ya ha accedido tiene suficiente electricidad para alimentar cuatro bombillas que funcionan a cinco horas por día, un refrigerador, un ventilador que funciona 6 horas por día, un cargador de teléfono móvil y un televisor que funciona 4 horas por día. Esto equivale a un consumo de electricidad anual de 1.250 kWh por vivienda con electrodomésticos estándar, y 420 kWh con electrodomésticos eficientes.

En definitiva, no existe una definición única de acceso universal a la energía moderna aceptada y adoptada internacionalmente. Sin embargo, con carácter general todas vienen a incluir:

  • Acceso de la vivienda a un nivel mínimo de electricidad.
  • Acceso de la vivienda a medios más seguros y sostenibles; es decir, con efectos mínimos perjudiciales para la salud y el medio ambiente [6].
  • Acceso a una energía moderna que permita la actividad económica productiva: potencia mecánica para la agricultura, textiles y otras industrias, etc.
  • Acceso a una energía moderna para servicios públicos: electricidad para hospitales, escuelas, alumbrado público, etc.

Todos estos elementos son cruciales para el desarrollo económico y social, ligados a una serie de aspectos que se denominan conjuntamente “calidad del suministro”: disponibilidad técnica, adecuación, fiabilidad, conveniencia, seguridad y asequibilidad.
40884242272_9bd47dcaf7_bHasta aquí una definición puramente técnica, aséptica. Sin embargo, buscando otras definiciones, hemos encontrado una muy interesante, llamémosla narrativa, que describe el problema de la universalización de los servicios públicos de forma muy clara y muy precisa:
Universalizar significa hacer determinada categoría de servicio fructífera para todos los segmentos sociales, de forma amplia y sin limitaciones derivadas de condicionantes económicos, geográficos o culturales. Expresa el reconocimiento de que el acceso a ciertos servicios, en vista de las características actuales de nuestra sociedad, es imprescindible para que se tenga una vida digna y para que el individuo pueda tener lapotencialidad de ejercer plenamente su ciudadanía económica y política [7].

Esta definición supera las limitaciones impuestas por la economía, tanto la real, que desplaza al margen de la sociedad y condena a la miseria a cientos de miles de personas, como la teórica, que justifica tal exclusión, al disociar el mercado de la sociedad y al tratar de someterla. También, esta definición se basa en la idea de que el derecho a una vida digna, condición esencial para que el individuo ejerza plenamente la ciudadanía, es una característica de la sociedad moderna. Esto está formulado jurídicamente como derechos sociales y encuentra respaldo en las constituciones modernas.

¿POR QUÉ ES UN RETO LA AMAZONÍA EN TÉRMINOS DE ACCESO A LA ENERGÍA?

Para describir la índole del esfuerzo que conlleva la electrificación de la Amazonía vamos a analizar ahora algunos aspectos que caracterizan los procesos de electrificación, bajo una perspectiva histórica, comparando las experiencias pasadas de algunos países desarrollados, cuyo proceso de electrificación se completó hace años, con las experiencias actuales de algunos países en desarrollo que culminaronsu proceso de electrificación recientemente, o están en vías de hacerlo. Para ello nos ayudaremos tanto de la Tabla 1 siguiente, que muestra el grado actual de electrificación de los países con territorio amazónico, como de un trabajo reciente de Rao y Pachauri [8] que ilustra el progreso histórico de la electrificación en relación con los niveles de vida.

TABLA 1

Tabla 1

No se incluyen datos de Surinam, Guyana y Guyana Francesa. Fuente: IEA Energy Access 2017

De la inspección de esta tabla se desprende que en los últimos dieciséis años, y en términos aproximados, Bolivia ha sido capaz de proporcionar acceso a la electricidad a 3,48 millones de personas, Brasil a 10,38; Colombia a 8,27; Ecuador a 2,95; Perú a 6,98 y Venezuela a 1,58; en total estos seis países han proporcionado acceso a la electricidad a 33,64 millones de personas, lo que equivaldría al 72% de la población española. Este gran esfuerzo ha conducido a estos países a estar al borde de alcanzar un grado de electrificación del 100%, a excepción de Bolivia que es paradójicamente la que ha realizado un esfuerzo más notorio. Como era de esperar y nos indica la tabla, el problema reside en las zonas rurales.

Rao y Pachauri utilizan datos históricos de acceso a la electricidad para diez países (Brasil, China, EE. UU., Egipto, India, Mauricio, Suecia, Tailandia, Reino Unido y Vietnam), y sus datos medios del PIB per cápita, y adaptan las curvas S de los datos históricos de acceso a la electricidad en relación con el período de tiempo y el ingreso promedio per cápita utilizando el software R [9] (empleando la función nlm (minimización no lineal)).

Los autores observan que las tasas históricas de electrificación entre los diez países escogidos muestran una gran variación entre ellos y el tiempo (Figura 1). En general, los países que se embarcaron en la electrificación más recientemente progresaron más rápido y comenzaron desde niveles de ingreso promedio más bajos que los que iniciaron el proceso de electrificación con anterioridad. Encuentran que para los países de la muestra que ya lograron la electrificación completa, el progreso está bien representado por una curva “S”, con respecto al tiempo y a los ingresos. Esto implica que esos países logran hasta el 80 por ciento de electrificación relativamente rápido, pero comparativamente les lleva más tiempo lograr el acceso universal. El Reino Unido tardó solo 11 años en aumentar la cobertura de acceso del 20% al 80% de su población, pero empleó otros 17 años más en lograr el acceso total. Los países que se embarcaron en la electrificación antes de 1970 tardaron entre 19 y 27 años en lograr entre el 20% y el 80% de electrificación, y entre 20 a 40 años más en llegar al acceso universal. Sin embargo, Vietnam y Tailandia, que se embarcaron en la electrificación después de 1970, tardaron 15 años en aumentar la cobertura de acceso del 20% al 80%, y entre 11 a 20 años adicionales en alcanzar la electrificación total. La extensión geográfica y la densidad de población también tienen importancia: mientras que EE. UU. Comenzóel proceso una década después del Reino Unido, tardó 25 años en llegar del 20% al 80% de acceso. China, con un área geográfica similar pero con un tamaño de población y una densidad mucho mayores que los EE. UU., tardó 19 años en alcanzar el mismo porcentaje de cobertura.

La curva S se ajusta a los datos históricos de acceso a la electricidad por año y al nivel de ingreso promedio en dólares internacionales

Figura 1. La curva S se ajusta a los datos históricos de acceso a la electricidad por año y al nivel de ingreso promedio en dólares internacionales

Los precursores de la muestra, los EE. UU., el Reino Unido y Suecia, comenzaron la electrificación a un nivel de ingreso per cápita promedio relativamente más alto, en comparación con el resto de los países que iniciaron su proceso de electrificación más tardíamente. El ingreso promedio en el Reino Unido y los EE.UU. fue de alrededor de 15 GK$/cápita/ día cuando el acceso a la electricidad era de aproximadamente el 20%. Más recientemente, China y Vietnam comenzaron el proceso de electrificación cuando el ingreso promedio era inferior a 5 GK$/cápita /día. Sin embargo, los países lograron más del 90% de electrificación solo cuando los ingresos promedio llegaron a entre 15-20 GK$/cápita/día. Una excepción es China, que logró acceso universal a niveles de ingresos relativamente bajos (menos de 10 GK$/cápita/día).

¿Qué podemos trasladar de las experiencias de estos países a la cuenca del Amazonas? Creemos, en primer lugar, que el “peso de la historia” tiene mucha importancia intrínseca en los procesos de electrificación, como de hecho lo ha tenido, y lo sigue teniendo, en los procesos de expansión de las redes de distribución consolidadas de los países que lograron la electrificación total hace muchos años. Por consiguiente, es importante tener en mente que al participar en esta labor nos incorporamos a un proceso en curso y con su propia inercia.

En segundo lugar, es importante reconocer el enorme esfuerzo que vienen realizando en los últimos años los países amazónicos para suministrar electricidad a todos sus habitantes. La población conjunta de los seis países de la Tabla 1 es de 347 millones de personas, de las cuales ya solo quedaban sin acceso 7 millones en 2016, según la AIE. Los países Amazónicos tienen densidades de población bajas, y esto es una dificultad añadida muy importante. En ocasiones la ubicación geográfica—especialmente de las comunidades rurales—representa un desafío técnico a la extensión de los servicios tradicionales de electricidad a un coste razonable. Aunado a lo anterior, las zonas rurales con bajos niveles de densidad poblacional presentan una demanda baja y dispersa que se traduce en costes de transporte y distribución prohibitivos, y muy bajos incentivos financieros para su electrificación convencional. Brasil por ejemplo, el 5º país más grande del mundo, con una superficie 8.514.877 km2 tiene una densidad de población de 25 hab/km2, el Perú con 1.285.216 km2 tiene la misma que Brasil, y el caso de Bolivia es aún peor, pues con una superficie de 1.098.581 km2 presenta una densidad de tan solo 10 hab./km2. Todo esto hace más encomiable el esfuerzo de electrificación de estos países.

Y en tercer lugar, y quizá más importante, todos los países Amazónicos han superado ya el cuerpo de la “S”, el tramo de electrificación que va del 20% al 80%, y se encuentran en el extremo superior de la misma, bien a punto de terminar de “escribirla”. Esto significa que la parte que queda para concluir es la más difícil y la que va a requerir mayor esfuerzo, entendiendo aquí por “esfuerzo”, no solo capital, sino tecnología y creatividad, especialmente en la cuenca del Amazonas, que por sus especiales características, como veremos a continuación, hacen esta región única en el mundo y su proceso de electrificación probablemente inédito.

Finalmente apuntar aquí que Pellegrini y Tasciotti [10] en un estudio similar al de Rao y Pachauri, llegan a análogas conclusiones, aunque en este caso utilizando un solo patrón de comparación: EE.UU., y utilizando otra metodología. Partiendo del trabajo de todos estos autores pensamos que se podría realizar un estudio de este tipo, circunscrito exclusivamente a los países amazónicos, que tal vez fuera un tema interesante para una tesis fin de máster, ayudándose también por ejemplo del trabajo reciente de Raúl Jiménez [11]. Dejamos pues planteado el reto.

¿QUÉ ES LA AMAZONIA [12]?

La Amazonía abarca el 7% de la superficie del planeta y es el bosque tropical húmedo más extenso que existe. Su flora y fauna constituyen, por sí solas, más de la mitad de la biota mundial, conformada por cientos de miles de plantas y millones de animales, muchos aún desconocidos para la ciencia. Sus aguas representan del 15 al 20% de toda la reserva de agua dulce del planeta y el río Amazonas vierte el 20% de las aguas no saladas que llegan a los océanos. Estas son captadas a través de un laberinto de afluentes, lagos, canales y ríos de todos los tamaños, con cursos torrentosos o todavía indecisos, que serpentean en la selva.

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Los ecosistemas amazónicos se caracterizan por la fragilidad al encontrarse en su mayoría asentados sobre suelos pobres muy vulnerables a la lluvia y el sol, por lo que una vez talado el bosque la fertilidad de los suelos se agota con rapidez. Así, la gran exuberancia de la selva no se debe a la buena calidad agrológica del suelo, sino que resulta de la particular forma de funcionamiento de sus ecosistemas, que se basa en un ciclo de alimentación generado por la selva y las condiciones ambientales de alta humedad y calor imperantes.

En cada país existen, para proteger la biodiversidad, sendos sistemas de parques nacionales y áreas protegidas y, para conservar los derechos y las culturas indígenas, extensas áreas reservadas para su uso exclusivo. Por ejemplo, los territorios protegidos para los indígenas Yanomami (Venezuela/Brasil) y Kaiapo (Brasil) tienen un tamaño igual al de Portugal y Suiza juntos. Colombia ha decidido, igualmente, consolidar la mitad de su territorio amazónico como reservas indígenas. Estos son sólo dos ejemplos de una serie de acciones significativas que se han tomado en favor de la conservación de la región.

MUCHAS AMAZONIAS

Con frecuencia se cree que la Amazonía es un solo manto verde, enorme y uniforme,interrumpido por grandes ríos sinuosos. Es una visión irreal de una Amazonia homogénea, pero no lo es de ninguna manera. Contiene una gran heterogeneidad ecológica, con diferentes características, geológicas, geomorfológicas, de suelos, clima, flora y fauna. No obstante, a pesar de esas variaciones, especialmente marcadas en las vertientes andinas, la mayor parte de la región se reconoce por su clima cálido y húmedo. Además de la diversidad natural, existe una gran, y a veces poco entendida, heterogeneidad social, económica y política debido a que el llamado “dominio amazónico” se extiende sobre los territorios de países considerablemente diferentes. Este cubre una extensión de 7,8 millones de km2, sobre 12 macro cuencas y 158 sub cuencas, compartidos por 1.497 municipios, 68 departamentos/estados/provincias de los ocho países que tienen jurisdicción sobre ella: Bolivia(6,2%), Brasil (64,3%), Colombia (6,2%), Ecuador (1,5%), Guyana (2,8%), Perú (10,1%), Suriname (2,1%) y Venezuela (5,8%), además de la Guayana francesa (1,1%) que es territorio de ultramar de Francia. Cada uno tiene su estilo de gobierno y sus propias políticas y leyes para la región. El desarrollo económico de cada parte de la Amazonía es diferente y sus potencialidades también lo son, en función de los recursos naturales disponibles y de las estrategias económicas que cada país adopta [13].
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Una idea muy extendida es que Brasil es sinónimo de Amazonía o que la Amazonía está en Brasil. Esto no corresponde a la realidad. El origen de esta idea proviene de que la mayor parte de la cuenca amazónica y de los bosques tropicales amazónicos están en Brasil; de que la denominación de río Amazonas, para el Brasil, empieza en Manaus y para los otros países de la cuenca en Perú, y del conocimiento superficial de la Amazonia que existe.
Es un hecho real que Brasil tiene jurisdicción sobre el 67,79% de la cuenca amazónica mientras que los otros países sólo poseen el 32,21% restante, y que el 58,50%del territorio brasileño es amazónico. Sin embargo, varios países de la cuenca tienen un porcentaje no despreciable de la misma y el porcentaje nacional de su territorio en relación a la cuenca es muy importante: Perú sólo posee el 13,02% de la cuenca, pero el 74,44% de su territorio está en la misma; Bolivia posee el 11,20% de la cuenca y ésta conforma el 75% de su territorio; Ecuador sólo posee el 1,67% de la cuenca y ésta abarca el 51% de su territorio. Para Colombia la proporción es de 5,52 y 36%, mientras que para Venezuela es de 0,72 y 5,78%, y para Guyana del 0,08 y 2,73%, respectivamente.

En definitiva, si bien no existe consenso sobre qué es la Amazonía; si se sabe que hay varias Amazonias que ofrecen universos diferentes, de acuerdo con los actores involucrados. Por esta razón es fundamental cambiar el enfoque de la homogeneidad por el de la heterogeneidad para entender las realidades amazónicas.

POBLACIÓN DE LA AMAZONIA

La Amazonía ni es virgen ni es un espacio vacío, donde la naturaleza está intacta. La región tiene una larga historia de ocupación humana, de más de 20.000 años, que, aunque poco investigada, es una realidad. Desde tiempos inmemoriales, los pueblos indígenas han habitado la región que hoy se denomina Amazonia, bautizada así por Francisco de Orellana, en el siglo XVI. La Amazonia fue objeto de migraciones internas precolombinas, y los pueblos indígenas en sus sucesivos desplazamientos, han ocupado y abandonado alternativamente gran parte de su territorio. Mucho antes de la llegada de españoles y portugueses, existieron en ella culturas que desarrollaron una agricultura avanzada y un arte notable, y sus pobladores supieron mantener durante milenios una relación armoniosa y productiva con la naturaleza. Después de la conquista europea la región fue lentamente explorada y ocupada (1500-1840), para pasar luego a una etapa de explotación de productos forestales (1840-1945), especialmente el caucho, y entrar finalmente en la etapa actual de ocupación muy intensa. Hoy varias ciudades que superan el millón de habitantes como Belén y Manaus. La población amazónica tiene una de las más altas tasas de crecimiento, superando en algunos países el 3 % anual.

En la Amazonía viven cerca de 33 millones de personas. Pueblos indígenas, habitantes de villorrios y de ciudades grandes y pequeñas; e inmigrantes de todo origen. En la actualidad es difícil establecer a cuánto llega la población de los pueblos indígenas, pero se cree que alcanza a aproximadamente un millón, sin incluir los de las zonas periféricas, especialmente andinas.

Un rasgo que distingue a la población amazónica es su compromiso, su alianza con la naturaleza. Indígenas por su parte, y caucheros o seringueiros y ribereños por otra, han vivido respectivamente durante milenios y siglos en estrecha asociación con la naturaleza. Para eso, han desarrollado estrategias ingeniosas y tecnologías apropiadas, que brindan lecciones de alto valor para el futuro.

31970223304_e7ba5bf510_bLa población indígena amazónica no constituye una sociedad homogénea, sino que está formada por grupos que ofrecen una variedad cultural y lingüística de enorme riqueza. Estos pobladores milenarios han aprovechado en forma sostenible los recursos de la región, gracias a un profundo conocimiento de su biodiversidad y su funcionamiento ecosistémico. En sus orígenes, muchas de las tribus que habitaban las selvas amazónicas, conscientes de sus propios estragos, cambiaban de residencia al cabo de pocos años para reducir al mínimo el desgaste de su medio ambiente. Los pueblos indígenas conocen el entorno y los recursos del bosque y de las aguas; han desarrollado tecnologías adecuadas para los cultivos; han domesticado plantas y animales; conocen y saben aprovechar las propiedades de miles de plantas silvestres, y, en fin, son capaces de contribuir realmente a mejorar los sistemas de producción para la región. Sin embargo, esta sabiduría atávica se ha ido olvidando y extinguiendo, de manera que muchas de las dinámicas nativas de preservación y supervivencia han ido desapareciendo.

En la actualidad, las comunidades indígenas viven en medio de la selva con conexiones con el mundo exterior y con interés por participar en las dinámicas económicas y sociales. Los pueblos indígenas, son socios esenciales en el desarrollo sostenible de la Amazonia, por su dominio territorial, su concepción adaptativa de la relación sociedad-naturaleza, sus prácticas ecológico-productivas y la naturaleza del fuero indígena que rige de cada comunidad. Los indígenas están comprometidos a recuperar, proteger y fortalecer, su cultura, sus idiomas y sus conocimientos y a obtener el reconocimiento legal de los territorios que necesitan. Demandan que se les reconozca como ciudadanos con igualdad de derechos, pero también que se respete su identidad cultural, por ello para la realización de proyectos de desarrollo es necesario tener en cuenta sus particularidades, de manera que una estrategia clave para el desarrollo sustentable de la Amazonia consiste en aprender de las comunidades indígenas e incorporarlas a los procesos de decisión.

BARRERAS AL ACCESO A LA ELECTRICIDAD EN LA AMAZONIA

Ante las características descritas del territorio y su población, la universalización del suministro de electricidad en la Amazonía encuentra una serie de barreras que impiden afrontar acciones de manera eficaz. Sin ánimo de ser exhaustivos, mencionaremos algunas.

  • Falta de información energética y socioeconómica sobre las comunidades aisladas.Desconocimiento y escaso aprovechamiento de los recursos energéticos potenciales de esas áreas, especialmente, de las fuentes renovables. La insuficiencia de informaciones sobre la región, dificulta enormemente la toma de decisiones para la implementación de programas que beneficien a la población. El levantamiento de los datos de las comunidades aisladas de la Amazonía puededes velar la verdadera dimensión del problema y por lo tanto ofrecer alternativas para la elaboración de pautas de electrificación aceptables para las características de la región, en el marco de la universalización del acceso a la energía.
  • Falta de planificación a medio y largo plazo por parte de las administraciones.El impulso al acceso a la energía eléctrica en las comunidades aisladas de la Amazonía debe resultar de entender la importancia económica que la región ha tenido históricamente, y que tendrá en el futuro, a partir de un adecuado aprovechamiento de sus recursos naturales; de la formación social de sus habitantes; de que la fijación de esos habitantes en sus comunidades de origen representa una estrategia de soberanía nacional de los países amazónicos sobre la región; y que el mantenimiento de la biodiversidad local está directamente vinculada a las condiciones de vida de esas poblaciones, de modo que, cuanto mejor sean estas condiciones, menor será presión se ejerza sobre los recursos naturales.
  • Carencia de esquemas empresariales incluyentes y adaptables a las condiciones de estos territorios.Bajo la óptica financiera solo, en la que las externalidades positivas no se valoran e incorporan a los costes, no hay duda de que el abastecimiento de energía a las comunidades aisladas, lejos de ser una inversión con retorno económico, significa un aumento de las cargas de las empresas concesionarias, por lo que estas no muestran excesivo interés en atender a esa clase de consumidores. Sin embargo, el acceso de los excluidos a la energía eléctrica no puede ser visto, sólo, bajo la óptica de la inversión financiera. Debe considerarse, como una inversión social, capaz de influir fuerte y positivamente en la mejora de las condiciones de vida de esas personas.
    Por consiguiente, la búsqueda de modelos de gestión para los sistemas energéticos resulta una de las mayores preocupaciones actuales de quienes trabajan en el sector de la electrificación rural de las comunidades nativas de la Amazonía, siendo uno de los elementos principales del proyecto. Para ello, se buscan soluciones energéticas viables técnicamente, rentables socialmente (beneficios sociales mayores o iguales que los costos sociales) y sostenibles financieramente.
  • Desinterés de los distribuidores en estos mercados dispersos debido a la baja demanda y a los altos costos de inversión, operación y mantenimiento. La universalización representa un gran desafío para las distribuidoras, teniendo en cuenta las características del mercado amazónico:personas pobres, distantes de la red eléctrica y con difícil acceso, además de un elevado grado de dispersión geográfica. En la Amazonía, la actividad humana se desarrolla en torno a los ríos. La mayoría de las comunidades se encuentran donde no existen vías terrestres para la movilidad, los ríos forman las vías naturales únicas de comunicación. Los habitantes se movilizan por las vías fluviales entre comunidades, en canoas llamadas deslizadores que utilizan motores de combustible fósil de dos tiempos. Generalmente viajan hacia los grandes centros para proveerse de productos que no pueden obtener en su propio entorno. Estos viajes sirven también para comercializar sus productos cultivados en la selva. Por esta razón, los cursos de agua deben ser considerados como un punto de referencia al planificar soluciones energéticas. La forma como las comunidades aisladas de la región se distribuyen, dispersas y a lo largo de las riberas de los ríos, hace que la extensión de líneas de distribución de energía a partir de las centrales localizadas en los municipios sea descartada, en la gran mayoría de los casos, principalmente por los altos costes que representan las extensiones de las líneas y de las dificultades para salvar los accidentes geográficos que se interponen (grandes áreas de bosque, lagos, ríos, etc.).
  • Incierta sostenibilidad de los proyectos de acceso desde la perspectiva de su gestión y ejecución [14], entendiendo aquí que un proyecto es sostenible si mantiene y prolonga en el tiempo los servicios que ofrece. La dificultad reside en el hecho de que la sostenibilidad debe alcanzarse simultáneamente en varios frentes: económico y financiero (modelo de gestión), institucional (regulación [15]), tecnológico (apropiación y transferencia),educativo y de construcción de capacidades (factor humano), teniendo asimismo en cuenta factores sociales y culturales específicos. Otro aspecto también importante es la replicabilidad [16] y escalabilidad [17] del proyecto, ya que cada proyecto de desarrollo ha de ser visto como un proyecto piloto.

FACTOR HUMANO

16274851012_03b3047075_bNos referimos aquí al conocimiento y experiencias previas, aptitudes para el aprendizaje y el legado cultural del individuo: educación básica de los beneficiarios, incluida alfabetización, y la formación específica en materias energéticas; aptitudes para el aprendizaje a nivel de usuario, junto con el aprendizaje técnico avanzado en operación y mantenimiento; redacción y elaboración de documentación; actitud y capacidades del individuo en función de su autoestima y posición en la escala social de su comunidad. En el caso de la mujer, el género es una causa subyacente del factor de autoestima. La autoestima influye en la participación yen los procesos de decisión, la cual ya es un factor social, y en la pobreza, que tiene varias dimensiones como inferioridad, impotencia y humillación. Si los beneficiarios del proyecto se sienten individualmente respaldados por la comunidad, buscarán la manera de lograr la continuidad del proyecto como parte de su propio interés. En ocasiones, el ascenso social de individuos de la comunidad como consecuencia de su participación en el proyecto, y por tanto el cambio hacia una estructura social más equitativa, puede ser un factor “negativo” si los individuos que tradicionalmente han ocupado posiciones de poder, en comunidades con una jerarquía muy marcada, contemplan el proyecto como una amenaza. El cambio ha de ser gestionado respetando las estructuras sociales y culturales preexistentes.

INCORPORACIÓN DE LA PERSPECTIVA DE GÉNERO

Las experiencias obtenidas en los proyectos de desarrollo han demostrado la necesidad de trabajar con enfoques y metodologías de género, la necesidad de formar e implicar directamente a las mujeres en ellos, tanto en los trabajos y proyectos propios de acceso a la electricidad, como en los procesos de toma de decisiones, y por consiguiente las mujeres deben participar y ser incluidas en las instituciones relacionadas con los diferentes aspectos de la energía.

Se define “mainstreaming a genderperspective”, o “gendermainstreaming”, según los acuerdos ECOSOC [18] 1997/2, de la siguiente manera:“la incorporación de una perspectiva de género es el proceso de evaluación de las implicaciones para las mujeres y los hombres de cualquier acción planeada, incluyendo legislación, políticas o programas, en todas las áreas ya todos los niveles. Es una estrategia para hacer de las preocupaciones y experiencias de las mujeres y los hombres una dimensión integral del diseño, implementación, monitoreo y evaluación de políticas y programas en todas las esferas políticas, económicas y sociales para que las mujeres y los hombres se beneficien por igual y la desigualdad no se perpetúe. El objetivo final es alcanzar la igualdad de género [19]

Las iniciativas energéticas generalmente son neutras al género, sin embargo los hombres y mujeres hacen y tienen distintos usos y necesidades de energía. La calidad y cantidad de energía determina la eficiencia y efectividad de las actividades y la calidad de vida de los usuarios, sobre todo para las mujeres y sus roles tradicionales de género. Incluir la perspectiva de género en los proyectos de desarrollo puede ayudar a reducir la pobreza y apoyar los medios de subsistencia tanto de hombres como de mujeres. Muchas mujeres gastan su tiempo en acarrear agua, reduciendo incluso sus opciones de inserción educativa; no cuentan con energía y tecnología para el procesamiento de alimentos; enferman por el uso de energías tradicionales para cocinar; su tiempo se ve reducido por no contar con acceso a la energía y la tecnología que las facilite el desarrollo de ciertas actividades. La electricidad ayuda a las mujeres a atender sus necesidades prácticas y productivas. Permite el bombeo de agua y llevarla a los molinos. Mejora la iluminación y las condiciones de trabajo (incluida la casa).

Incrementa la posibilidad de desarrollar acciones nocturnas. Permite la refrigeración de alimentos propios o para venderlos. Hace las calles más seguras para participar en otras actividades. Abre horizontes informativos, comunicativos y educativos (TV, radio, internet, etc.)

PARTICIPACIÓN DE LAS COMUNIDADES LOCALES

Otra necesidad bien conocida en estos proyectos es la de trabajar con enfoques que favorezcan las consideraciones del lado de la demanda en lugar a las del lado del suministro. Es decir, hay que encontrar las soluciones más adecuadas desde las propias comunidades. Por eso, la participación de las comunidades nativas en las iniciativas de electrificación es importante a todos los niveles de planificación e implementación. Su participación garantiza por un lado que se da respuesta a las necesidades locales reales, mientras por otro ayuda a superar las barreras percibidas ante la introducción de las nuevas tecnologías.

La participación en los proyectos es vista generalmente como una forma de garantizar el compromiso de los beneficiarios y la sostenibilidad de los resultados, lo que es muy positivo. Por encima de eso, la participación es además una de las condiciones del desarrollo de los pueblos: que ellos sean dueños de su propio proceso. Sin esa condición no hay desarrollo posible, porque los procesos de planificación son por ellos mismos la expresión de la autonomía de los pueblos, si son bien conducidos. Y en el caso de los pueblos indígenas amazónicos acostumbrados a reproducir los patrones culturales que garantizaron su supervivencia, planificar para el futuro es una experiencia nueva, pero que tienen que hacer para lograr una articulación más ventajosa con sociedad civil del resto de su país. De este modo la participación implica respeto y comprensión de la cultura del otro, a la vez que el aprendizaje de nuevos comportamientos con la planificación, cuando éstos no son parte del bagaje cultural de las partes.

PLANIFICACIÓN ENERGÉTICA PARTICIPATIVA

Es muy evidente que las metodologías clásicas de planificación de la distribución aplicadas para el caso de redes consolidadas, basadas típicamente en tres pasos: previsión de la demanda futura, localización de subestaciones y optimización de los circuitos de media tensión, son inviables en este contexto, principalmente, y no solo, por la carencia absoluta de información. De la misma manera, el software de planificación de distribución existente carece de utilidad alguna aquí. Por eso, un aspecto importante para la electrificación de la Amazonia es el de dotarse de herramientas inéditas hasta ahora para este proceso. Describimos a continuación una metodología de planificación de la distribución novedosa que se ha aplicado con éxito en la Amazonia.

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La Planificación Energética Participativa es una metodología de planificación no convencional postulada por el peruano Rafael Escobar [20], y orientada a las zonas andinas y de selva. Hay diversos criterios clave que definen la Planificación Energética Participativa. El primero es que se trata de una planificación con un enfoque sobre el territorio, es decir se debe abordar con una visión integral de los recursos naturales de la zona. Otro factor clave está relacionado con los mecanismos legales, y los subsidios en vigor o por establecer para las diferentes tecnologías. Un tercer factor de esta metodología de planificación es la consideración de que la gestión de los recursos naturales debe ser principalmente una responsabilidad de los gobiernos locales, con el fin de que su utilización sea lo más eficiente posible. Por último, estos planes participativos se caracterizan porque la secuencia de tareas tiene mucho que ver con la dinámica de las cadenas de producción. Una vez que se determinan las necesidades y los recursos energéticos que tiene una población, se comienza a identificar quienes son las personas claves en el proyecto, a los que se involucra en el mismo en función de su papel en la planificación: unos tendrán conocimientos técnicos, otros experiencia en comunidades locales, etc. Seguidamente se imparten cursos de capacitación, se organizan talleres y se crea un equipo. Con este equipo se empieza a trabajar en el campo. Los líderes locales ponen mucho empeño tratando de determinar sus recursos naturales (agua, viento, biomasa, etc.,) y sobre todo conocer su perfil de demanda. Se debate mucho sobre estos asuntos. Después de esto se identifican los proyectos y las necesidades de financiación.

CONCLUSIÓN

Hemos visto como el proceso de electrificación de las comunidades indígenas de la Amazonía implica una amalgama compleja de conocimientos, tecnología, políticas, infraestructura, conocimiento socio-cultural, prácticas y normas, integrados y afectados por procesos político-económicos nacionales y globales más amplios. Así, los proyectos de acceso a la electricidad comprenden diferentes formas de conocer, realizar e imaginar la energía en la vida cotidiana, formas que necesitan entablar un diálogo entre ellas para garantizar una comprensión integral de cómo cada proyecto puede adaptarse e implementarse para satisfacer las necesidades energéticas y las aspiraciones de cada comunidad. Por consiguiente, el abanico de temas a tratar es muy amplio y aquí solo lo hemos esbozado algunos de ellos. Aspectos de como el de gobernanza, modelos de negocio, financiación, tecnologías, nexo electricidad-telecomunicaciones, cooperación transfronteriza, etc., han quedado pendientes.Con lo expuesto hasta aquí solo hemos pretendido ilustrar el objeto principal de nuestra tarea: examinar las cuestiones sociales, ambientales, técnicas, culturales, institucionales, políticas y económicas que median para impulsar e introducir la electricidad en las comunidades indígenas de la Amazonía. Para realizar esta labor estamos:

  • examinando críticamente la demanda de energía y el papel potencial de las energías renovables en las comunidades indígenas de la Amazonia;
  • examinando los programas de electrificación para la Amazonía de los países que la componen;
  • examinando críticamente las condiciones sociales, ambientales, técnicas, culturales y económicas en las comunidades aisladas de la Amazonía, con el fin de determinar tanto el alcance de la electrificación necesaria, como los tipos de fuentes de energía que requieren mayor atención;
  • explorando los principales marcos institucionales, políticos y regulatorios, así como los modelos disponibles para el desarrollo energético de la Amazonía;
  • examinando críticamente las diferentes estrategias energéticas aplicadas en la Amazonía hasta la fecha.

Estas tareas van a permitir que nos formulemos, entre otras muchas, preguntas como estas:

  • ¿Cómo es el panorama energético actual de la Amazonía (fuentes de energía, demanda y oferta de energía en áreas rurales y urbanas, empresas de servicios de energía)?
  • ¿Los planes actuales de electrificación rural en la Amazonía satisfacen las necesidades de la población de las comunidades aisladas? ¿Están estos planes impulsados por la oferta o por la demanda?
  • ¿Cuáles son los contextos técnicos, culturales y económicos en los que tiene lugar la adopción o la no adopción de la electrificación
  • ¿Cuáles son las estructuras institucionales, políticas, marcos regulatorios y modelos de mercado apropiados que pueden promover de la electrificación en la Amazonía?
  • ¿Cuáles son las características generales de los planes de electrificación de la Amazonía llevados a cabo hasta ahora y qué lecciones se pueden aprender de ellos?

 

Esperamos y confiamos que este esfuerzo colectivo nos permita aflorar los elementos esenciales que deben tenerse en cuenta para la electrificación de comunidades aisladas de la Amazonía y su discurso político, y que estos pudieran ser de utilidad para la elaboración de políticas energéticas hacía la Amazonia.

SIGLAS

ALC Latino América y el Caribe (LAC en inglés)
AIE Agencia Internacional de la Energía (IEA en inglés)
BID Banco Interamericano de Desarrollo (IBD en inglés)
BM Banco Mundial (WB en inglés)
EMB Estufas Mejoradas de Biomasa (ICS en inglés)
ESF Energía sin Fronteras
ECOSOC Consejo Económico y Social de la Organización de las Naciones Unidas
FICAID Fundación de los Ingenieros del ICAI para el Desarrollo
GLP Gas Licuado del Petróleo (LPG en inglés)
GNESD Global Network on Energy for Sustainable Development
IIT Instituto de Investigación Tecnológica
itdUPM Centro de Innovación en Tecnología para el Desarrollo Humano
ODS Objetivo de Desarrollo Sostenible (SDG en inglés)
OLADE Organización Latinoamericana de Energía
OMS WorldHealthOrganization (WHO en inglés)
ONU Organización de Naciones Unidas (UN en inglés)
OTCA Organización del Tratado de Cooperación Amázonica
PNUMA Programa de las Naciones Unidas para el Ambiente
RAISG Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada
UNGA UnitedNations General Assembly

LA AMAZONÍA Y EL RÍO AMAZONAS:

LAS DIMENSIONES MÁS DESTACADAS

  1. El río Amazonas es el río más largo del mundo, con 6.992,06 km
  2. El río Amazonas tiene la cuenca hidrográfica más extensa del planeta.7.165.281 km²
  3. El río Amazonas tiene el mayor volumen de descarga de agua (220.000 m³ por segundo, en promedio). Transporta más agua que los ríos Missouri-Mississippi, Nilo y Yangtsé juntos.
  4. El río Amazonas tiene más de 1.000 tributarios y 3 de ellos tienen más de 3.000 km de longitud (ríos Madeira, Purús y Yuruá).
  5. Las cuencas tributarias más importantes del río Amazonas tienen su origen en la cordillera de los Andes; los otros tributarios provienen de las mesetas guayanesas, brasileña y sectores colindantes con la cuenca del Orinoco en Colombia.
  6. La Amazonía aporta aproximadamente 20% del agua dulce que fluye de los continentes a los océanos.
  7. El bosque amazónico representa más de la mitad del bosque húmedo tropical del planeta.
  8. Es una región mega diversa: Brasil y Colombia, países amazónicos, tienen un tercio de las plantas vasculares conocidas en el mundo. El Perú registra la marca mundial con el mayor número de especies de mariposas.
  9. Expresión de diversidad cultural: 420 pueblos indígenas diferentes, 86 lenguas y 650 dialectos. Aproximadamente 60 pueblos en situación de aislamiento.
Comunidad San Francisco del Aiucá, municipio de Uarini, estado brasileño de Amazonas, en el período de la crecida del igarapé, Canal del Aiucá.

Comunidad San Francisco del Aiucá, municipio de Uarini, estado brasileño de Amazonas, en el período de la crecida del igarapé, Canal del Aiucá.

Este proyecto del plan brasileño Luz para Todos, coordinado por el Instituto de Electrotecnia y Energía de la Universidad de São Paulo (IEE – USP), utiliza tecnología solar, con sistemas fotovoltaicos individuales, para la generación de energía en la comunidad de San Francisco de Aiucá, en el municipio de Uarini de la Amazonia brasileña. La disponibilidad mensual de los sistemas es de 13 kWh. El coste de este tipo de energía es relativamente bajo: 15 reales brasileños al mes, por sistema individual (incluyendo mantenimiento e intercambio de baterías), más una adhesión de 150 reales por domicilio. La administración la realiza la asociación de vecinos. En su propuesta original, se contemplaban 19 domicilios, pero en total fueron atendidos 23.



REFERENCIAS.

[1] GNESD 2007 Reaching the Millennium Development Goals and Beyond—Access to Modern Forms of Energy as a Prerequisite.(goo.gl/cFpKvg)

[2] UNGA 2015 Resolution 70/1 Transforming our world: the 2030 Agenda for Sustainable Development(goo.gl/2OdhFZ)

[3] WHO Fact sheet 292 Household air pollution and health(goo.gl/IMbQUc)

[4] Para una ampliación sobre los beneficios del acceso a la electricidad, véase por ejemplo: “Thepower of light: socio-economic and environmentalimplications of a rural electrificationprogram in Brazil” Borges da Silveira, P., y otros. Environmental Research Letters, Vol. 12, N. 9, 2017. (goo.gl/dBdD7D)

[5] goo.gl/HXUdmu

[6] El acceso a instalaciones limpias para cocinar significa acceso (y uso primario) a combustibles y tecnologías modernas: gas natural, GLP, electricidad y biogás, o EMB, que tienen emisiones considerablemente menores y mayores eficiencias que los fuegos tradicionales de tres piedras para cocinar.

[7] Faraco, A.D., y otros. “Universalização das Telecomunicações: umatarefa inacabada.” Revista de Direito Público da Economia, Belo Horizonte, ano 1, n.2 , p. 9-58, abr/jun, 2003. La traducción es nuestra.

[8] Rao, Narasimha D., y Pachauri, Shonali. “Energy access and living standards: some observations on recent trends”. EnvironmentResearchLetters 12 (2017). (goo.gl/qnF12c)

[9] R es un conjunto integrado de programas para manipulación de datos, cálculo y gráficos.Aunque no lo es, muchas personas lo utilizan como un paquete estadístico como pueden ser SAS o S#1c3c87PSS.

[10] Pellegrini, L. y Tasciotti L. “Rural Electrification Now and Then: Comparing Contemporary Challenges in Developing Countries to the USA’s Experience in Retrospect”. Forum for Development Studies Volume 40, 2013. (goo.gl/YYaG9Z)

[11] Jiménez, R. “Rural Electricity Access Penalty in Latin America: Income and Location”. IDB Policy Brief Nº IDB-PB-253, June 2016. (goo.gl/UFH219)

[12] Para ampliar este punto y el siguiente se puede consultar:

  1. “Amazonia bajo presión”. Varios autores. RAISG, 2012. (goo.gl/hDcCj1)
  2. “GeoAmazonia”. PNUMA-OTCA, 2009. (goo.gl/mToKjK)
  3. “Amazonia sin mitos”. Comisión Amazónica de Desarrollo y Medio Ambiente, OTCA/BID/PNUMA, 1992. (goo.gl/WfSbsg)
NOTAS A PIE DE PÁGINAS.

[13] En cuanto a la importancia de la Amazonia para cada país, por ejemplo, mientras que para Brasil es estratégica, para Venezuela los esfuerzos por desarrollar la Orinoquía y los enormes recursos allí presentes la relegan a un segundo plano. También es importante señalar que el desarrollo de todos los países amazónicos se ha producido fuera de la cuenca. En el caso del Brasil, hacia el sur y el Atlántico; en el de los países andinos, hacia los altiplanos o las costas pacífica y caribeña. La Amazonia ha constituido generalmente una periferia poco integrada a sus respectivos países y que, por lo mismo, ha generado dinámicas de conflictos internacionales de relativa gravedad. La historia registra guerras -entre Colombia y Perú, entre Ecuador y Perú y entre Bolivia y Brasil- por el control de territorios amazónicos, sin contar otros conflictos que no desembocaron en acciones armadas de importancia. Las fronteras amazónicas han sido las últimas en delinearse entre los estados actuales con soberanía sobre la Amazonía

[14] A.J. Gilbert Silvius y Ron P.J. Schipper.“Sustainability in project management: A literature review and impact analysis”.Social Business, 2014.Vol. 4, No. 1, pp.63-96. (goo.gl/PAUriL)

[15] Ver por ejemplo: Cortés Valencia, Iván V. “Regulatory and planning approach to rural electrification in isolated areas of the Amazon: Bolivia, Brazil, Colombia, Ecuador and Peru”.Tesis de Master.ICAI. 2016. (goo.gl/3QtdzL)

[16] Consultar por ejemplo: Manual técnico de replicabilidad sobre proyectos de energías renovables y desarrollo rural basado en la experiencia de EURO-SOLAR, 2014. (goo.gl/s8Tm2V)

[17] Leer por ejemplo: Mataix C., Ramil X., “Diseño para la escalabilidad”,itdUPM Setiembre 2015.(goo.gl/n4sr7R)

[18] El ECOSOC es el Consejo Económico y Social de la Organización de las Naciones Unidas; asiste a la Asamblea General en promocionar la cooperación y desarrollo económico y social internacional, y de recursos humanos y financieros de todo el sistema de las Naciones Unidas.

[19] La traducción es nuestra. (/goo.gl/Ty8XVG)

[20] Rafael Escobar es gerente de Soluciones Prácticas.(goo.gl/SkGSzq)

Jesús María Martín GiraldoDoctor ingeniero del ICAI

Desarrolló toda su carrera profesional en Gas Natural Fenosa (antes Unión Fenosa y Unión Eléctrica) entre 1976 y 2012. Profesor en el ICAI de Sistemas Eléctricos de Potencia entre 1978 y 1998, y de Teleproceso entre 1991 y 1995. Representante de España en el comité ejecutivo del ENARD (Electricity Networks Analysis, Research and Development), “implement agreement” de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), entre 2006 y 2010, y también representante de España en el comité ejecutivo del ISGAN, “implement agreement” de la AIE para las Smart Grids, entre 2011 y 2012.

Ha participado en diversos comités de Instituto de la Ingeniería de España. Actualmente es voluntario de la Fundación de los Ingenieros del ICAI para el Desarrollo.