Ya son casi siete años ininterrumpidos de proyecto Kumbo. Desde luego, a pesar de las dificultades y de nuestras propias limitaciones, nadie podrá decir que no estamos siendo persistentes.
Siete años en los que hemos logrado abastecer de electricidad a una granja y al pueblo de Bambzeng, crear una escuela de renovables en Kumbo en la que se dispone de instalaciones de cuatro tecnologías diferentes: microhidráulica, fotovoltaica, eólica y biogás, y crear un centro técnico con personal local al que hemos formado para la instalación y mantenimiento de renovables, lo cual nos permita extendernos por la región.
Un hospital en Widikum, un orfanato en Kumbo y una escuela primaria y un centro de salud en Djottin, serán nuestros próximos beneficiarios (aunque aquí los que más nos beneficiamos, como os he dicho muchas veces, somos nosotros).
En paralelo, hemos empezado a diseñar un prototipo de turbina hidráulica de fabricación semi-artesanal que, en un primer momento, probaremos en el Laboratorio del ICAI y posteriormente nos llevaremos a Camerún junto con el proceso completo de fabricación.
Si nos sale bien habremos logrado no sólo darles peces, no sólo darles la caña y enseñarles a pescar, sino también, y lo que es más importante, ¡proporcionarles los medios para fabricar la caña!.
Durante el pasado mes de junio ha tenido lugar el séptimo viaje del proyecto, en el que he tenido la suerte de participar, junto con otros tres voluntarios; dos de la FIICAID: Marco Fernández Doldán y Javier Porras y otro de EsF: Laureano Medina.
En este viaje estaba previsto, fundamentalmente, impartir el segundo curso en la SHUMAS Biofarm de Kumbo sobre Energías renovables para su aplicación en países en vías de desarrollo. Además, nos habíamos propuesto instalar fotovoltaicas en los ya citados hospital de Widikum, orfanato en Kumbo y escuela primaria en Djottin.
Esto último no pudimos hacerlo porque se nos retrasó inesperadamente el transporte de los equipos. Ya de vuelta en España, pensamos que quizás esto haya sido lo mejor, puesto que va a obligar a SHUMAS a instalar los equipos por primera vez sin nuestra presencia. Estamos convencidos de que llevarán a cabo esta tarea con éxito y les servirá de acicate para iniciar su andadura como Centro Técnico de Renovables, que es nuestro objetivo final.
EL HOSPITAL DE SAINT JOSEPH DE LAS SIERVAS DE MARÍA EN WIDIKUM
Las Hermanas Siervas de María llevan trabajando desinteresadamente por la promoción de la salud en Camerún desde hace más de 20 años. El primer hospital en el que se instalaron es el Hospital Saint Joseph de Widikum, un pequeño pueblo en mitad de la selva camerunesa.
Este hospital cuenta con 100 camas de hospitalización (pediatría y adultos), maternidad, quirófano, sala de partos, laboratorio… Gracias a las Siervas de María, en particular a su Superiora, Sor Antonia, y a las organizaciones de médicos que las apoyan, el hospital se va renovando cada vez, añadiendo nuevos servicios y mejorando los que ya ofrecen. Como reza una inscripción en un pedestal en el patio del Centro: “Lo que hicisteis a uno de estos pequeños a mí me lo hicisteis”.
De hecho, un proyecto para equipar al hospital con una unidad de neonatos diseñados por la Doctora y amiga Marina González, y otros médicos cooperantes, recibió el año pasado el premio del Banco de Santander al mejor proyecto de cooperación. Ello me da pie a recordar que, también el año pasado, el proyecto Kumbo recibió el premio de Iberdrola al mejor proyecto de cooperación internacional en materia de energía. ¡¡¡Qué pasada!!!
El hospital de Saint Joseph disponía de 2 kW en paneles fotovoltaicos que fueron instalados hace casi diez años. Como suele pasar en estos proyectos, no se realizó ningún mantenimiento y, al año de ponerse en marcha, las baterías fallaron, no se repusieron y los paneles se quedaron huérfanos, sin posibilidad de funcionar. Una pena.
En el viaje del año pasado, otros voluntarios (Gema, Juan, Daniel y Ángel) comprobaron que los paneles estaban en buen estado, por lo que decidimos, EsF y nosotros, completar la instalación con las baterías, inversor y regulador necesarios.
En nuestro viaje desde Douala hacia Kumbo hicimos noche en el Hospital de Saint Joseph y pudimos comprobar que, efectivamente, los paneles estaban en uso, además de conocer a Sor Antonia, quien nos pidió dos ordenadores que ya le hemos conseguido gracias a una donación del Ministerio de Industria.
El diseño de la instalación fotovoltaica para completar los paneles corrió a cargo de Laureano, y en este caso incluyó una novedad con respecto a los que habíamos instalado hasta ahora: un inversor de red conectará directamente los paneles al circuito interior en alterna del hospital (sin pasar por las baterías). Las baterías se utilizarán como backup, siendo cargadas por la red exterior (salvo cuando esté indisponible) y descargadas a través de regulador e inversor convencionales a la red interior del hospital.
A través de este sistema que, como he comentado anteriormente, es diferente a los aislados que habíamos instalado antes, se consigue optimizar la energía solar captada por los paneles que es inyectada íntegramente en la red del hospital y, al mismo tiempo, se dota de mayor autonomía al cargar las baterías desde la red exterior. Los 18 paneles de 110 W cada uno se conectarán en dos ramas de 9 en serie, conectadas ambas en paralelo al inversor de red de la marca KOSTAL.
Dimos instrucciones muy precisas a Ignacius, el habilidoso electricista de SHUMAS, sobre cómo debía conectarse todo, con dibujitos “tipo IKEA” como siempre hacemos. Esperamos que, en cuanto lleguen los equipos, Ignacius pueda dejarlos funcionando en una mañana. Uno de estos esquemas de conexión se presenta en la figura siguiente.
EL CURSO DE RENOVABLES EN LA GRANJA ESCUELA
El objetivo más importante de este viaje era la impartición del II Curso de Energías Renovables en SHUMAS Biofarm (Kumbo).
Este curso, de una semana de duración, consistió en una parte teórica (continuación de la que ya habían realizado el año anterior otros compañeros y que siempre “rodamos” con anterioridad en España impartiéndola a otras ONGs) y una parte práctica, novedad de este año, gracias a unos equipos de laboratorio (resistencias, polímetros, contadores, protecciones, cables con bananas de conexión segura,etc…) que nos donó el ICAI a través de su profesor de laboratorio Ignacio Egido. Muchas gracias de nuevo, Nacho.
Adicionalmente, se efectuaron visitas de campo a las instalaciones de la granja que, como ya sabéis, cubren las principales microtecnologías disponibles: microhidráulica, fotovoltaica, microeólica y biogás. En estas visitas fue el propio personal de SHUMAS el que explicó cómo opera y mantiene los equipos.
La parte teórica, que ya tenemos empaquetada como curso básico, es muy útil puesto que permite a cualquier persona, sin ningún tipo de conocimiento previo, calcular, por ejemplo, cuántos paneles tiene que poner en una casa en función de su consumo, o cómo medir la potencia en kW que transporta un río, o de qué sección hay que poner los cables de una instalación, o qué protecciones son necesarias para evitar accidentes. Tiene los siguientes contenidos:
- Conceptos básicos de electricidad (que impartió Marco)
- Fotovoltaica (nuestro experto en la materia, Laureano)
- Microhidráulica (que impartí yo)
- Eólica (esta fue de Javier)
- Transporte y distribución de electricidad (también Javier)
- Cuadros de protección y tomas de tierra (entre Ignacius y yo)
- Biogás (nuestro amigo y Director de la granja, Omer)
- Operación y mantenimiento (nuevamente Marco, que puso la guinda con una presentación muy divertida e interactiva con los alumnos)
La parte práctica fue como un viaje en el tiempo hacia cuando teníamos 20 años y preparábamos nuestros protocolos en el laboratorio del ICAI. Hasta algunos de los equipos eran de esa época. Nacho Egido nos dio unas resistencias de cursor que ya no se utilizan (recuerdo como si fuera ayer cuando quemé una de estas resistencias durante un examen de medidas eléctricas que, por supuesto, me catearon), contadores mecánicos de rueda que ahora están cambiando en España por los llamados “contadores inteligentes” (he de reconoceros que a mí me gustaban más los antiguos, los veía más robustos), y sobre todo protecciones y cables con bananas de seguridad para evitar que se produjera ningún accidente.
(Recuerdo cómo agitaba la mano por encima de una de estas resistencias durante mi examen para que se fuera el humo y no lo viera el profesor, pero lo vio, ¡vaya si lo vio!).
Al igual que hacían nuestros profesores de laboratorio, no dejamos que nadie conectara ningún circuito a la red antes de que lo viéramos nosotros. Algunas de las prácticas que hicimos fueron las siguientes:
- Descripción del manejo de un polímetro
- Medición de tensión en corriente alterna y en corriente continua
- Medición de corrientes y cálculo de potencias
- Medición de resistencias, resistencias en serie y resistencias en paralelo
- Funcionamiento de un divisor de tensión
- Cálculo de consumo de energía y medición a través de un contador
Los alumnos que asistieron al curso fueron 23, y entre ellos había ingenieros civiles, personalidades políticas de los “Councils” (una especie de Diputaciones Provinciales), electricistas y, en general, personas con ciertos conocimientos y de clases más bien elevadas de Camerún.
SHUMAS, esta vez, realizó una selección previa importante con el fin de seguir atrayendo el mayor interés posible de las autoridades hacia este Centro de Energías Renovables. Año tras año constatamos que este interés crece.
Ya han visitado el Centro dos Ministros de Camerún: el de energía y el de medioambiente, Gobernadores de los Councils, autoridades militares y representantes del Fon (máxima autoridad tribal de la región de Kumbo) entre otros. Además, nos ha entrevistado la TV de Camerún y la radio. ¡Esperamos recoger muchos frutos de todo este marketing!.
EL CENTRO DE SAFRAHOST EN NJAVNYUY
El centro Saint Francis Home for Skills Training (SAFRAHOST), ubicado en Njavnyuy (Kumbo) acaba de cumplir 4 años de vida y actualmente acoge a más de 100 alumnos, 18 de los cuales son discapacitados. Elena Fernández Palacios, de Manos Unidas, nos contó maravillas de este centro (no exageró nada, os lo aseguro) y nos pidió que le echáramos una mano a la religiosa que lo regenta, Sister Hedwig.
Sister Hedwig, una monjita adorable natural de la región, recoge niños huérfanos o de familias muy pobres y les ayuda a aprender a ser independientes y, sobre todo, buenas personas. En su centro se enseñan profesiones como: costura, diseño de patrones, punto, carpintería, reparación de motocicletas, soldadura y fabricación y reparación de zapatos. En paralelo a estas “asignaturas”, Sister Hedwig y sus hermanas enseñan a sus niños: idiomas inglés y francés, matemáticas, informática, economía familiar, agricultura, educación física, ciudadanía y, por supuesto, religión. Aunque esta última es optativa ya que Sister Hedwig lo mismo acoge cristianos que musulmanes, le da igual.
El centro está ubicado en Njavnyuy, una especie de barriada a las afueras de Kumbo en la que, a pesar de que llega la red eléctrica, los cortes de luz son muy frecuentes y en ocasiones duran hasta dos semanas.Como el agua les llega desde un pozo con la ayuda de una bomba y toda la maquinaria del taller de carpintería es eléctrica, imaginaos las dificultades a las que se enfrenta este Centro cuando se queda sin luz.