La evolución que ha experimentado el ecosistema de la microelectrónica en España ha experimentado un gran salto en los últimos años. El Consejo asesor técnico ICAI ha hecho una revisión de esta historia resumido en las siguientes líneas.

Quizá es importante comenzar con el famoso ensayo de Don Miguel de Unamuno, publicado a principios del siglo pasado, donde se describen los avances científicos europeos y norteamericanos del XIX. De este ensayo rescatamos la siguiente frase que nos contextualiza los enormes cambios que han tenido lugar en España durante los últimos 30 años:

Que inventen, pues, ellos y nosotros nos aprovecharemos de sus invenciones. Pues confío y espero en que estarás convencido, como yo lo estoy, de que la luz eléctrica alumbra aquí tan bien como allí donde se inventó.

Miguel de Unamuno

Cuando varios de nosotros estábamos terminando la carrera de Ingeniería Electrónica, la sola idea de imaginar desarrollar tecnología puntera a nivel mundial desde España era cuando menos ingenua.

Los comentarios que se recibían caían en uno de dos tipos. Por un lado, se percibía una mezcla entre admiración y envidia y, por el otro, una especie de ilusión. Muchos incluso nos llegaron a preguntar: “¿Por qué estáis haciendo esas cosas tan raras en España? “

Sin embargo, afortunadamente hoy hay un cúmulo de casos de éxito que hacen que los comentarios hayan evolucionado a observaciones mayoritariamente positivas.

Evolución de la microelectrónica en España

  • Años 80

    España tenía un número muy reducido de empresas con vocación de desarrollo microelectrónico. Esencialmente, los que lideraban el área eran:

    - ATT y su fábrica en Tres Cantos y

    - Fagor en el país vasco fabricando diodos y rectificadores.

    Incluso este magro panorama se ensombreció fundamentalmente por el cese de las subvenciones gubernamentales a los proyectos GAME y el cierre de la fábrica de ATT. El resultado fue que se llevó la microelectrónica en España a un periodo “oscuro”, de pocas iniciativas y muy pocos casos de éxito.

  • Años 90 y 2000

    Durante los 90 y los 2000 encontramos ejemplos de iniciativas privadas, casi heroicas. Empresas como HP en Barcelona, SIDSA en Madrid, DS2 en Valencia, y alguna otra en Barcelona, Zaragoza, Cantabria y País Vasco, conformaban el ecosistema de empresas de ingeniería con vocación de diseño microelectrónico; el número de iniciativas se contaban con los dedos de una mano.

    En paralelo a la iniciativa privada, la microelectrónica en España se mantuvo gracias a la apuesta sostenida de Universidades y centros públicos. El Centro Nacional de Microelectrónica (CNM), la Universidad de Sevilla, la Autónoma de Barcelona, y la Politécnica de Madrid hicieron esfuerzos heróicos para no perder la ola de la innovación en este campo.

  • El presente

    Más cercano a la época actual, hemos podido contemplar la creación de distintas asociaciones y grupos de trabajo en microelectrónica, apoyados por el gobierno nacional. Ejemplo de ello son la Asociación Española para la microelectrónica (AESEMI) fundada en 2021 y la Asociación de la Industria Digital (AMETIC) creada en 2022.

    Otro de los grandes hitos en esta época que vivimos, es el programa PERTE Chip, anunciado también en 2022 y situándose como el esfuerzo de apoyo a la industria microelectrónica más grande de la historia de España, con un apoyo de 12.500M€.

Cabe destacar que, las ayudas aprobadas caen en terreno fértil ya que los diferentes estudios actuales del ecosistema contabilizan a:

+80

Entidades con interés directo

en microelectrónica

+200

Interesadas de forma indirecta

Estos datos nos revelan que El PERTE, a su llegada, se ha encontrado con un ecosistema mucho más desarrollado de lo previsto y con nivel de madurez superior a lo que existía en etapas anteriores, colocando a España en una situación mucho mejor de la esperada.

Entrando en el detalle de los proyectos de las empresas españolas en microelectrónica, es posible encontrar tecnologías fascinantes, tanto en su innovación como en su aplicación y que abarcan desde mercados IoT (Internet of Things) hasta proyectos aeroespaciales, pasando por el sector del automóvil, la quántica, la medicina, los sensores ópticos, las comunicaciones fotónicas y muchos más.

El gran objetivo del ecosistema Microelectrónico:

Para España, significa pasar de tener un grupo de empresas que juegan en ligas nacionales (o internacionales de reducido tamaño), a jugar en primera liga europea y mundial. Pese a ello, es necesario además de seguir avanzando en innovación, fomentar la implantación de grandes empresas con mayores facturaciones por su efecto tractor e incentivador.

Es clave conseguir atraer a las grandes multinacionales a través de la creación de fábricas y centros de I+D; pero también haciendo crecer lo que ya tenemos dentro de nuestras fronteras.

Si se consigue lo anterior, España podría entrar en una fase de agregación de Pymes españolas en microelectrónica y convertirse en un referente mundial. Desde un punto de vista práctico, esto debería ser uno de los principales pilares del PERTE en su actual definición (o en su esperada extensión).

Para llegar a esos objetivos, existen retos en muchos frentes que se habrán que superar. Desde el punto de vista público los tres retos esenciales son:

  • Asegurar la apuesta pública más allá del 2026.
  • Acompasar la ayuda pública con las necesidades y tiempos de la empresa privada.
  • Atraer a las grandes empresas extranjeras del sector con un entorno legislativo predecible y estable.

Las empresas privadas tienen que embarcarse en la senda de la comercialización mundial y no quedarse en la I+D que aboque a su absorción por parte de multinacionales, ya que esto impide la concentración y desarrollo de un ecosistema de empresas españolas con perspectivas de convertirse en líderes mundiales.

Por otro lado, las Universidades y centros de formación tienen sus propios retos, entre los que destacar:

el de abastecer de todos los recursos necesarios como son las capacitaciones técnicas para la fabricación y laboratorios de apoyo (medios humanos de fabricación y gestión y medios materiales)..

La sociedad en su conjunto tiene también un gran reto:

cambiar de mentalidad. Es necesario dejar atrás la visión de Unamuno y luchar por que existan en un futuro casos de éxito como lo fueron en su día los de Samsung, Intel o TSMC con ADN español.

Todos tenemos trabajo que hacer, porque la Microelectrónica ha llegado a nuestra industria para quedarse.